El Museo Sorolla ocupa la casa que fue vivienda del pintor y su familia desde 1911. Las colecciones se distribuyen por todas las zonas visitables de la casa, que ha conservado casi intacta la decoración que tuvo en vida de Joaquín Sorolla. La colección de pintura (más de mil doscientas piezas) convive, por tanto, con el mobiliario y los objetos originales de la vivienda.